Al leer la primera unidad del modulo de Estetica,voy avanzando en un curso que me hace ir más allá de lo que uno a diario se va malacostumbrando, me quedan muy grabados los interrogantes que hace la unidad uno en su comienzo ¿Qué es contemplar (escuchar, etc.) algo estéticamente?; ¿Hay una forma estética de contemplar las cosas?; y, en caso afirmativo, ¿qué es lo que la distingue de otras formas de experimentarlas? son interrogantes que me hacen reflexionar y me dan una motivación grande para realizar este curso con compromiso y sentido de pertenencia con el arte y la cultura, con una sociedad porque me hacen ver el mundo diferente y me hacen profundizar más en cada cosa que haga.
Actualmente la vida nos da un vivir agitado, nos hemos enseñado a hacer todo contra el reloj lo cual hace que veamos, escuchemos, y todo lo que hacen nuestros sentidos muy a la carrera lo cual impide una realidad profunda, todo lo hacemos a medias, sólo cuando un objeto existe en nuestras vidas sin más objetivo que el de ser visto, es cuando realmente lo contemplamos.
El hombre se realiza y se contempla en este mundo en la medida en que se es culto. Solo así se percibe que las domina y no es dominado. El hombre es el único animal que se conoce a sí mismo y que siente la necesidad de superar su propia naturaleza mediante un continuo perfeccionamiento, el que satisface sus necesidades y convenientes materiales para sobrevivir y vivir más cómodamente, alimentación, albergue, vestido, defensa y aquel otro que mejora sus necesidades espirituales como ser que piensa y que ha evolucionado históricamente de un modo sorprendente.
En el ámbito espiritual el hombre exige constantemente enriquecer su pensamiento, su inquietud por trascender y su necesidad de ordenar la relación con los demás, y su deseo permanente de expresar penetrantemente lo que siente y piensa: ARTE.
Es aquí donde se puede decir que la cultura es un quehacer eminentemente espiritual, cuando se habla de cultura de un pueblo o de una época se está hablando del universo creado por el espíritu del hombre en ese pueblo o en esa época. Ello requiere la creación y aceptación de un sistema de valores espirituales, necesarios para para situarse intelectual y moral mente y para medir la calidad y los alcances de las obras que el hombre produce.
Las necesidades de nuestra vida actual son tan imperativas, que el sentido de la vista se ha ido especializando cuidadosamente al servicio de ellas. Con una admirable economía, aprendemos a ver sólo lo necesario para lograr nuestros objetivos; pero lo que vemos es muy poca cosa, justo lo suficiente para reconocer e identificar cada objeto o persona; hecho esto, pasan a un compartimiento de nuestro catálogo mental y ya nunca más los vemos realmente. En la vida actual, la persona ordinaria sólo lee en realidad los rótulos, por decirlo así, de los objetos que la rodean, sin tomarse otra molestia. Casi todas las cosas que son útiles de algún modo, se ponen encima más o menos este casquete de invisibilidad. Sólo cuando un objeto existe en nuestras vidas sin más objetivo que el de ser visto, es cuando realmente lo contemplamos
La actitud estética se distingue también de la cognitiva. Los estudiantes familiarizados con la historia de la arquitectura, son capaces de identificar rápidamente un edificio o unas ruinas, en cuanto a su época de construcción y lugar de localización, a través de su estilo y de otros aspectos visuales. Contemplan ante todo el edificio para aumentar sus conocimientos, no para enriquecer su experiencia perceptiva.
Es también importante también la forma como observamos, es realmente muy interesante cuando muchas veces miramos pero no observamos, no nos detenemos a observar detenidamente y tomándonos todo el tiempo necesario para explorar algo, un objeto inerte o una planta, una rosa blanca, que personalmente a mi me dice mucho y encierra gran parte de lo que es mi vida una fruta una mujer, un hombre, solo lo hacemos mirando pero no observando y nos estamos perdiendo la verdadera belleza de las cosas. A lo largo de la unidad uno encontramos también el pensamiento de algunas de las más destacadas e influyentes posiciones de la filosofía en torno del arte.
Para platón y Aristóteles la actividad artística era de carácter técnico, se trata de un conjunto de medios enderezados es decir a la imitación de la naturaleza, también encontramos a Kant, Hegel donde la idea del arte para ellos es la actividad encaminada a buscar la perfección de las formas,comomedio, a su vez logra el ideal de lo bello, relacionan a si arte y belleza, la idea de belleza en Platón en Aristóteles y en el pensamiento helenice en general se vincula a los conceptos de armonía, proposición,simetría,ritmo,unidad o numero.
En tan ligero recuento de ideas filosóficas para darnos cuenta de que, en realidad los hechos estéticos son suficientemente amplios e imprecisos como para poderse podido definir de tan diversos modos, y aun para dar cabida a otras varias posibilidades de definición.
La identidad de lo bello y lo verdadero es realmente el sentido inmediato de la pura vivencia estética, y, por ello, tema eterno de toda reflexión sobre el arte. Aún nos ocuparemos varias veces del hecho de que, en cuanto el arte y su efecto se contemplan en la amplia conexión de la entera vida histórico-social humana, se produce una enorme y complicada problemática a propósito de cada uno de esos conceptos, y aún más respecto de su relación. Pero esto no altera la llana evidencia inmediata de aquella afirmación en la inmediatez de lo puramente estético.
ANALISIS CRÍTICO DE LA PELICULA EL PERFUME
La novela al igual que el film narra las aventuras y desventuras de Jean Baptiste Grenouille, un personaje carismático aun a pesar de ser alguien totalmente despreciable, carece de moral y sentimientos hacia los demás.
Jean Baptiste explica su historia, de miseria y frustración, pero tiene un don: el sentido del olfato, un simple sentido que le ayuda a enamorarse por primera vez e intenta conservar la emoción del enamoramiento para siempre.
Jean Baptiste explica su historia, de miseria y frustración, pero tiene un don: el sentido del olfato, un simple sentido que le ayuda a enamorarse por primera vez e intenta conservar la emoción del enamoramiento para siempre.
A manera muy personal se deja ver que el /hombre es un ente complejo, de estructuras dinámicas endógenas, y que está con respecto a lo demás que él no es como un ser afectado, o capaz de ser afectado reaccionando, en con-secuencia, de este o aquel modo.
Esta sucinta descripción del ser del hombre nos ayudará a comprender qué se entiende por subjetivismo, según los casos. En general, se llama subjetivismo o bien el estudio de las estructuras dinámicas endógenas y sus productos (psicoanálisis en general), o bien la preferencia a considerar las afecciones desde el punto de vista de cómo las cosas nos afectan. Es normal que las cosas nos afecten de muy diversa manera, en dependencia no sólo de las estructuras internas heredadas, sino también en función de estructuras adquiridas por educación u otros factores. Debido a estas estructuras, las cosas nos afectan de muy variadas maneras y en conformidad con el /sujeto concreto que así es afectado.
El protagonista de la película desde su llegada al mundo no encuentra la identidad que le proporciona la madre a su hijo y en el casa de Él, su madre es castigada con la muerte por malos entendidos tanto de la madre al creer que su nuevo hijo era igual de enfermo que los otros que había tenido y de las gentes de la comunidad que la culpan de acecina de su propio hijo, como vemos no tiene desde su nacimiento la oportunidad al amor, a la alegría si no que por el contrario se congela en un vivir de soledad, de obseciones,de búsquedas de lo perfecto y introvertido en su propio mundo tratando de buscar su identidad como su propio olor.
BIBLIOGRAFIA:
MÓDULO ESTÉTICA AUTOR JOHN JAIRO CARDOZO CARDONA Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades 2007-II
GÓMEZ CAFFARENA J., Metafísica, fundamental, Cristiandad, Madrid 1983; HARTMANN N., Metafísica del conocimiento, Losada, Buenos Aires 1957; LAÍN ENTRALGO E., Teoría y realidad del otro, Revista de Occidente, Madrid 1961;