cabecera

cabecera
imagenes

martes, 19 de abril de 2011

LA LITERATURA COMO ARTE

El arte de la palabra

La falta de definición que venimos percibiendo se deriva de la dificultad de determinar cuándo existe una voluntad artística indubitada en los casos en que nos servimos de las palabras. Al construirse como conjuntos de fonemas, de palabras y de frases, los textos literarios son gobernados por una primera disciplina o ciencia de carácter general, que es la Gramática, cuyas normas alcanzan a cualquier tipo de mensaje. Ésta nos brinda las reglas fundamentales que rigen nuestra lengua y, de acuerdo con la definición tradicional (que se repite desde la Antigüedad), nos enseña a hablar y escribir con corrección, con observancia de las reglas que controlan los distintos niveles de la formación del discurso (esto es, atendiendo a la fonética, la ortografía, la morfología, la sintaxis y la semántica); no obstante, en el lenguaje literario, y más en particular dentro de la poesía lírica, caben algunas desviaciones respecto de la norma gramatical, como la que ha llevado a algunos artistas a prescindir de cualquier signo de puntuación. Por otra parte, y como dato curioso que hemos de retener, debe tenerse en cuenta que, antes de la revolución humanística, el estudio de la composición literaria no disponía de otro espacio que no fuese el que la Gramática le brindaba a la poetarum o auctorum enarratio; así se entiende también que una breve gramática fuese siempre la compañera de viaje obligada en las preceptivas trovadorescas occitanas.

La segunda disciplina, que afecta tanto al discurso hablado como al escrito y en la que percibimos ya una auténtica voluntad artística, es la Retórica. El estudio de los principios retóricos o la composición con los útiles de la retórica (hay grandes artistas, por ejemplo, que han conseguido extraordinarios logros sin servirse de los manuales de retórica, al llegar a dominar dicha técnica con la práctica) permiten el desarrollo de discursos perfectamente ponderados, trabados y elegantes, por medio de los cuales podemos perseguir los más diversos propósitos, sin que falte el meramente estético o artístico. En los estudios literarios contemporáneos, la retórica tradicional o clásica, nunca desechada sino al contrario, cuenta con la compañía de una retórica nueva, que no sólo supone un metalenguaje o vocabulario técnico claramente innovador: en su propósito está también determinar y nombrar los diversos procedimientos que escaparon a la atención de la retórica clásica.

La tercera disciplina, exclusiva ahora de la literatura, es la Poética, que nos enseña todo acerca de la composición literaria de acuerdo con unos determinados patrones y modelos. Hemos de recordar que la poética afecta a la literatura en general, no sólo a la poesía, como muchas veces se piensa por una falsa asociación (al respecto, cabe refrescar la memoria sobre su étimo, que es el verbo griego poieo, que significa ?componer? o ?crear?). Este término es polisémico, aunque siempre aparezca dentro de un marco literario o más en general artístico, pues existen poéticas de autor, de grupo, de género o de época, que pueden consignarse o no a través de un manifiesto (como los muy célebres de Horacio, Lope de Vega o Boileau) o de un tratado teórico (como las múltiples artes poéticas provenzales u occitanas y las preceptivas del siglo XVIII).

No hay comentarios:

Publicar un comentario